De este fruto, por favor, no probeis.....
La ùnica vez que he traicionado a un amigo ha sido, lamentablemente, con su polola. Pero, saben algo?. Parece que ellos estaban en un "brake emocional", algo ha si como "tomàndose un tiempo", algo bastante usado cuando, quizà, uno necesita horas para replantearse la vida o queda muy caliente con alguna rucia trànfuga.
Estàbamos en un Tejazo. Habìa una mesa enorme, con alrededor de 20 personas. Amigos, no tan amigos.
Y claro. Yo estaba sentado al lado de la "polola que se tomaba un tiempo" de mi amigo.
Yo con ella siempre he tenido una muy buena relaciòn. Tenìamos los coqueteos tìpicos de dos tipos que se atraen algo, o simplemente alguna vez nos dijimos un par de indirectas medias ambiguas en cualquier noche borracha.
Uf.
Estaba todo listo y dispuesto para que algo pasara esa noche. Habìa que concretar algo.
Y en la mesa ya todos hablaban màs fuerte, y algunos tarareaban canciones con los ojos màs japoneses que de costumbre. El alcohol subìa, y yo tambièn.
Ella, va al baño. Yo la sigo. Còmo los hombres nos demoramos muy poco en el baño cuando vamos a orinar, me tomó sòlo unos segundos estar fuera del "retrete" de hombres. El baño de mujeres estaba al frente, y yo, estaba en aquella puerta con un pucho en la mano, esperando que esta "lady" saliera.
Aparece. Me ve a los ojos y se mata de la risa. Los dos chequeamos que no viniera nadie. Empezamos un atraque de amantes muy ràpido y acalorado, era como si nos dijièramos: "Esto no va a pasar nunca màs, así que con fe y talento".
Mis manos por aquì. Sus manos por allà. Dos perritos tiernos pero cachondos agarrando medios enclenques en una muralla. Nos despegamos. Nos arreglamos un poco. Ella se va primero. Yo llego despuès a la mesa, donde el rock and roll ya no se soporta. Màs brindis, màs infidencias alcohòlicas.
Me pedì màs ron y me puse a conversar con un amigo muy conservador. Hablamos de religiòn, política y fidelidad.
Y claro, no me sentì aliviado con su discurso valòrico y bien versado. Las cosas ya estaban hechas, había entonces que aperrar en conciencia.
Alphaco.
Estàbamos en un Tejazo. Habìa una mesa enorme, con alrededor de 20 personas. Amigos, no tan amigos.
Y claro. Yo estaba sentado al lado de la "polola que se tomaba un tiempo" de mi amigo.
Yo con ella siempre he tenido una muy buena relaciòn. Tenìamos los coqueteos tìpicos de dos tipos que se atraen algo, o simplemente alguna vez nos dijimos un par de indirectas medias ambiguas en cualquier noche borracha.
Uf.
Estaba todo listo y dispuesto para que algo pasara esa noche. Habìa que concretar algo.
Y en la mesa ya todos hablaban màs fuerte, y algunos tarareaban canciones con los ojos màs japoneses que de costumbre. El alcohol subìa, y yo tambièn.
Ella, va al baño. Yo la sigo. Còmo los hombres nos demoramos muy poco en el baño cuando vamos a orinar, me tomó sòlo unos segundos estar fuera del "retrete" de hombres. El baño de mujeres estaba al frente, y yo, estaba en aquella puerta con un pucho en la mano, esperando que esta "lady" saliera.
Aparece. Me ve a los ojos y se mata de la risa. Los dos chequeamos que no viniera nadie. Empezamos un atraque de amantes muy ràpido y acalorado, era como si nos dijièramos: "Esto no va a pasar nunca màs, así que con fe y talento".
Mis manos por aquì. Sus manos por allà. Dos perritos tiernos pero cachondos agarrando medios enclenques en una muralla. Nos despegamos. Nos arreglamos un poco. Ella se va primero. Yo llego despuès a la mesa, donde el rock and roll ya no se soporta. Màs brindis, màs infidencias alcohòlicas.
Me pedì màs ron y me puse a conversar con un amigo muy conservador. Hablamos de religiòn, política y fidelidad.
Y claro, no me sentì aliviado con su discurso valòrico y bien versado. Las cosas ya estaban hechas, había entonces que aperrar en conciencia.
Alphaco.
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